Para este taller, los chicos elaboraron un proyecto; se sentaron a platicar para crear una historia. Se creó una planeación a través de un story board y finalmente se prestaron computadoras para animar los personajes que ellos habían creado.
Tenemos la convicción de que este aprender a utilizar medios visuales y experimentar con ellos genera en los chicos cierto orgullo y valía. Dirigen sus esfuerzos para trabajar en conjunto y exploran y configuran su capacidad de ordenar su mente para proponer sus propias narrativas.
Todo lo anterior sucedió mientras se concentraron y divirtieron.
Quisimos que ellos mismos buscaran su grupo de trabajo y al parecer la actividad los mantuvo altamente concentrados. Cabe notar que esto siempre comporta un riesgo; al ser nuestro taller una especie de laboratorio que no se interesa por la disciplina, en el sentido escolar ortodoxo, los chicos tienden a asociarse con la gente con la que pueden relajarse. Respecto a esto confiamos en que la actividad los mantenga motivados, intentamos siempre poner en claro las instrucciones de trabajo y la regla de que el taller es un espacio de convivencia, pero el objetivo primordial es el trabajo.